viernes, 14 de junio de 2013

Tierra y mujer, somos una

   
  Os pasado alguna vez que os echáis a dormir con las cejas normales y levantaros, miraros en el espejo y pensar: "qué me ha ocurrido??? si yo ayer no tenía estos pelos..."??? Pues lo mismo me ha pasado a mí hoy con mi panza.
      Y es una gozada...de repente, te descubres como la mujer que describe tan certeramente mi admirada Gioconda Belli, "con curvas y pliegues y suaves hondonadas, y me cavó por dentro, me hizo un taller de seres humanos"... Desde el momento en que una rayita me confirmó que (una vez más...) había un "porotito" en mi interior, estaba esperando este momento.


      El momento en que dejas de tener cintura, no te vale nada de la ropa que siempre te has puesto y tienes que comprarte un sujetador 2 tallas más (bien!!!! y sin nada químico que lo provoque, jejejeje...).  Sé que habrá mujeres que este instante sea un trauma, incluso un drama según la relación que tengas con tu cuerpo, pero yo lo vivo con una alegría inmensa. Me cuesta más decidir qué ponerme cuando me visto, pero no me importa.
     No había llegado tan lejos en ningún otro embarazo y aunque aún nos quedan hitos importantes que pasar, como la próxima eco en que, además de si es nene o nena (que por otra parte, es lo que menos me importa), la información importante que recibes es si todo va como tiene que ir, si el desarrollo es normal, si hay alguna alteración detectable que se perciba... estoy feliz; aunque siga pasando mal rato hasta que el/ la médico/a te confirma que todo está ok, lo vivimos con tranquilidad y alegría, que era algo que habíamos olvidado.  Y  es una más de las maravillas que tenemos que agradecerle a este/a bebé/a.
     El cuerpo es tan sabio que te obliga a pararte y a que tu cerebro deje de funcionar a la velocidad que lo hacía...al menos yo he notado que no tengo ganas de hacer cosas tan mentales y que ya he empezado a olvidar cosas poco importantes.  Así que me dejo guiar y me dedico a observarme, a descansar, a disfrutar de las piernas más hinchadas y de lo que suelen decirte que es un rollo en un embarazo.  Para mí, no lo es... es el proceso natural y hermoso que las mujeres compartimos con Mamá Gaia.  
    Porque somos valles y montañas, cuevas húmedas y eriales secos, porque concebimos, gestamos somos cíclicas como ella, incluído el proceso de muerte y re-nacimiento, que siempre se nos olvida...

    Así que os comparto mi nueva imagen, con el color de la luna llena (por lo blanca que soy, jijiji...) y la orografía de la Tierra.  Espero que os guste tanto como a mí!!!!

sábado, 8 de junio de 2013

Luna Nueva y lluvia

Hoy es Luna Llena y llueve, una combinación que me encanta...me siento muy afín a la energía de esta fase lunar, en la que las energías cíclicas nos sugieren recogernos en nuestra cueva y entrar en contacto con nuestro interior más sabio, más sutil, más transmutador.  Dejar marchar, soltar, despedirnos...y sembrar, pensar en qué queremos co-crear, qué necesitamos gestar y criar...

En los días previos a Luna Llena siempre sueño mucho y de manera más nítida, puedo traer al plano físico la intensa vida onírica que tengo en esas noches y siempre traen alguna lección que aprender, o más bien, que recordar.

En este tiempo, me siento más cercana a esta energía, independientemente de la fase lunar que haya, creo que debido al embarazo.  Siento que tengo que conectarme con mi sabiduría interna y con el/la bebé; los días que salgo y hago cosas en el exterior, cuando regreso a casa, necesito dedicarnos unos minutos a relajarnos tumbadit@s y re-conectarnos con esa oscuridad, con la cueva húmeda y acogedora que necesitamos para conocernos y sentirnos...

La lluvia también me gusta, a pesar de la mala prensa que está teniendo en esta primavera (demasiados días sin sol y con ganas de él...)  Limpia, renueva, igual que la Luna Nueva...  Deja una pátina de brillo y un olor a limpio y fresco.

Así que esta Luna viene con regalito doble, al menos para quienes nos gusta esa combinación.